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Ahora que estamos en espíritu navideño, en el que todo son buenas intenciones y cartas a los reyes, quisiera elevar mi carta, no a los reyes ni siquiera a los corazones, si no a los tribunales de justicia y a los comités deontológicos de la profesión médica.

Nuestro sistema de salud y tratamiento de enfermedades está basado bajo la evidencia científica, nadie lo discute, es más es una garantía, incluso cuando surgen discrepancias, forma parte del método científico que nos ha dado una mayor calidad de vida.

Lo vergonzoso es que últimamente se estén dando situaciones de aprovechamiento de un colectivo de enfermos como los de SSC y concretamente los afectados de Fibromialgia y EM/SFC, por parte de muchos ámbitos tanto de profesionales de la medicina como de entidades sanitarias, que atendiendo a los enfermos en unidades de referencia de servicios públicos, derivan a los enfermos desde el centro público, mediante su secretaria de la entidad privada, a efectuarse pruebas de dudosa eficacia con falsas promesas.

Las situaciones han sido denunciadas por la asociación de enfermos, la LigaSFC para una mayor protección de los denunciantes.

También es vergonzoso, las afirmaciones que se están realizando desde la prensa escrita, publicaciones que realizan unas afirmaciones, sin contraste científico y que sirven para incrementar el peculio de personas desaprensivas por un lado y por otro lado a generar, no solo falsas confianzas a unos enfermos que de por sí ya están más que marginados socialmente, si no que acrecientan las falsas estigmatizaciones atribuidas a estas enfermedades.

Poniendo como ejemplo a lo que me refiero, al artículo “Dieta para curar el dolor”, que pretende universalidad un hecho personal y sin evidencia científica, al afirmar que pueden sanar.

Si, es cierto que determinados pacientes, mediante una dieta adecuada mejoran su sintomatología y aumentan su calidad de vida, pero son en determinados casos en que los afectados padecen de conflictos en la mucosa o intolerancia a determinados alimentos, esto ya está estipulado y es conocido, pero asegurar que se curan es muy atrevido e inconsciente, si el diagnóstico es el correcto.

Afirmar que no debería considerarse la Fibromialgia como una enfermedad, es una frivolidad científica y humana.

Según la dieta ortomolecular generada por el Dr. y Catedrático Jean Seignalet, muchas afectaciones reumáticas son abordadas con éxito mediante la dieta adecuada, pero son procesos ya diagnosticados académicamente, en cambio en el caso de la miastenia, cita textualmente en su libro “La alimentación, la tercera medicina” pp.297. “Si embargo me guardaré  bien de afirmar que la dieta es eficaz en la miastenia por varias razones…”

No son comparables los curriculums y credenciales científicas de dicho autor con el de la autora de la dieta para curar el dolor.

Precisamente negar estas enfermedades como causa bioquímica es uno de los mayores errores que está realizando la medicina moderna, que por un lado es puntera en muchas especialidades, pero en el caso de las enfermedades de sensibilización central, está enquistada en la década de los setenta, por una actuación perversa de intereses personales como se ha demostrado en la CDC de los Estados Unidos de América, que por incidencia interesada del su exdirector Dr. Wiliam C Reeves que derrochó más de 100 millones de dólares buscando una explicación psicológica, pasando a ocupar su puesto la viróloga Dra. Elizabeth Unger para lavar su imagen.

Recientemente aparece otro espontáneo en el ruedo de los “psicopatogenicos”, el Dr. Miguel A. López González, profesor asociado en otorrinolaringología del hospital universitario Virgen del Rocío de Sevilla, el cual intenta realizar un estudio sobre acuíferos (Tinnitus), en pacientes diagnosticados de SSC.

Para un conocedor del tema es como el que quisiera estudiar los efectos  de la resaca del “fino” de la Semana Santa Sevillana, en el mes de Agosto. Es una hipótesis de trabajo sin la menor expresión i justificación de evidencia científica, pero ello no solo es lo más importante ni lo que causa mas estupor, cada uno se gana o pierde el prestigio por sus propios méritos, lo más grave es el derroche de unos recursos escasos para la investigación, al ser aplicados sin la más mínima evidencia ni criterio científico que lo avale.

Los ACUIFEROS, “Tinnitus”, no son manifestaciones presentes ni descritas en ninguna de las múltiples manifestaciones multiorgánicas de este colectivo de pacientes, ni existe bibliografía que lo sustente.

El Dr. M.A.López también se ha apuntado, supuestamente, al carro de buscar “Pacientes-Clientes” a cualquier precio, por lo que también fue denunciado por las asociaciones de enfermos , por realizar un estudio ineficaz y tendencioso, mediante unos test centrados en supuestos trastornos psicológicos, que estigmatizan de un modo innecesario a este colectivo sin evidencias científicas que lo justifique, cuando SI existen evidencias científicas de otras causas, como las que pueden llevar a la demostración de causas de disfunciones inmunológicas, causas medioambientales, Químicas, Industria-nutricional, Electromagnéticas …etc.

Rectificar es de sabios, dicen, y el Dr. M.A. López lo ha hecho aunque sea, políticamente, por la presión de las denuncias recibidas, ya que es de extrañar que una persona de su talante científico, cometa un desliz de semejante envergadura.

No es del todo coherente para un investigador presentar un estudio ya diseñado sin haber realizado hipótesis e investigacion documental previa. Pero al menos se ha retractado y reconocido su error públicamente.

Los que abogan por el campo de la psique como base de estas enfermedades confunden actitudes conflictivas laborales del algún individuo, con alteraciones de salud que se pueden demostrar si se tienen los correspondientes conocimientos.  En el caso de que algun profesional no se pudiera establecer un diagnóstico por la deficiencia de los correspondientes marcadores bioquímicos, existen procedimientos propios de la profesión médica como la historia clínica, la exploración y la anamnesis, para realizar un diagnóstico y mediante el soporte de los correspondientes medios de apoyo al diagnóstico si no es por confirmación, el diagnóstico lo obtendría por descarte. La supuesta inexistencia de biomarcadores no es una justificación y más cuando se muestra un descarado interés en no buscarlos, a pesar de existir indicios significativos que orientan a estudios específicos como los de las inmunopatías en el caso de algunas enfermedades de SSC.

Alguien deberia poner fin a esta série de desaguisados que entorpecen y limitan un proceso de investigación coherente

El desconocimiento y déficid de los biomarcadores para el diagnóstico de los SSC, se debe y solo se debe a la actitud pasiva de los científicos y políticos frente a estas enfermedades y al interés de aglutinar un gran número de enfermos en determinadas consultas de especialidades que en ningún momento han mostrado ser resolutivas, como son las de medicina interna, reumatología y psicología.

Solo se han limitado a realizar revisiones de los datos de las historias clínicas, muchas de ellas mal orientadas y con diagnósticos dudosos.

Como en un reino de taifas, en ningún momento han permitido la entrada, ni han consultado a otras especialidades como puedan ser los especialistas en enfermedades contagiosas, inmunólogos etc., apesar de las novedades e informaciones aparecidas, convirtiendose las unidades de referencia en unos pequeños reinos de “taifas” cerrados y egocéntricos.

Somos muchos los profesionales que estamos intentando abrir las puertas a una visión más amplia y pluridisciplinar en acorde a los nuevos conocimientos existentes, frente a estas oligarquías medico-politicas-industriales, estancadas en criterios ancestrales involucionistas que frenan todo tipo de avance en la materia a estudiar.

Frente a la involución de estas enfermedades me pregunto:

¿Por qué se emplean tan pocos recursos para el estudio de estas enfermedades, ante un número cada vez más crecientes de afectados?

¿Qué interés impulsa al mantenimiento de justificaciones psicológicas, pese a que nunca se han podido evidenciar, si no es por respuesta a motivos secundarios?

¿Quién no se deprimiría, si después de muchos años de peregrinaje, no le dan respuestas a sus molestias y niegan su estado de incapacitación y dolor?.

Evidentemente que cualquier ser humano en esta situación en la que se mermada su relación, personal, laboral, familiar y social lo estaría y precisamente es una de las lecturas del estudio, reconocido como limitado por el mismo “Subtipos de pacientes con fibromialgia, características psicopatológicas y calidad de vida”, publicitado fraudulentamente e injustificadamente por múltiples medios de comunicación escrita, a pesar de su poca novedad e incidencia científica.

¿Hasta cuando esta pérdida de tiempo, energia y recursos?

La presión de la Psico-psiquiatria, está invadiendo a unos nuevos “clientes”, los niños, como futuros consumidores de medicamentos, debido a que los adultos, ya con años de tratamiento, los abandonan por su ineficacia y el mercado pierde ventas.

No obstante existen profesionales serios y entidades también serias que siguen trabajando a favor de los afectados, en silencio, a pesar de las limitaciones que tienen al no estar al servicio de entidades farmacéuticas ni a los intereses de la medicina politizada, por lo que no es de extrañar que sean desconocidos al no ostentar una situación de “escaparate”; son los que realmente van a colaborar en la solución del problema apesar de la marginación y bloqueo que sufren.