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Hablar de la acción sobre la naturaleza de los campos magnéticos no es exagerado, si no al contrario una asignatura pendiente de que debemos aprobar con nota.

Sabemos que un campo eléctrico es aquel que rodea a toda carga eléctrica, la región de espacio que rodea a una carga móvil incluye de por si un campo magnético y dicho campo magnético a su vez también rodea a cualquier sustancia magnética.

No todas las sustancias se comportan del mismo modo ante un campo magnético, por lo que podemos clasificarlas mayoritariamente en:

  • Sustancias magnéticas, conocidas como Ferromagnéticas, son muy susceptibles y altos a los campos magnéticos, Ej.: Hierro, Cobalto, Níquel
  • Sustancias diagmanéticas, aquellas que son repelidas discretamente por un iman, debido a que se orientan en sentido contrario, Ej.: Bismuto, Cobre, Diamante, Oro, Mercurio, Plata, Sodio, Dióxido de carbono, Agua, Plomo, Hidrógeno, Benceno, Naftaleno
  • Sustancias paramagnéticas, aquellas que son atraídas débilmente por un imán, pero que no se imantan, Ej.: Aluminio, Magnesio, Titanio, Wolframio

Los campos magnéticos interaccionan de una manera natural en los seres vivos y esta interacción forma parte de la propia evolución. El hierro es un oligoelemento fundamental para la vida, y aquel no asimilado y que no es posible eliminarse queda almacenado en el organismo generando depósitos de magnetita Fe3O4 como depósitos de subproductos del metabolismo animal.

Es sabido que las partículas bioquímicas de magnetita juegan un papel importante en la orientación de los animales, tanto de las aves, como de los animales marinos, como de los insectos, de las bacterias y de las células. Estudios recientes hablan de un umbral de sensibilidad frente a los campos magnéticos ambientales entre el 0,6 % y el 0.06%.

Si de un modo artificial interaccionamos en el medio, se desestabilizan estos campos y podemos incidir en el comportamiento animal. Podemos tener el ejemplo del medio marino, en el que mediante las disposiciones de los materiales que forman el subsuelo y  rocas y los iones disueltos en las corrientes, forman  corrientes eléctricas que
conllevan los correspondientes campos magnéticos. Se ha valorado que en determinadas corrientes se alcanzan valores de 0,5 μV/cm (microvoltios por centímetro), equivalente a una caída de potencial de 1 V en unos 20 Km. Estos campos eléctricos son capaces de ser detectados por animales marinos mediante unos electroreceptores basados en las ampollas de Lorenzinni . La acción de los instrumentos de pesca y navegación hace que muchos animales marinos perezcan contra la costa por desorientación

Las abejas tienen oxido de hierro  hidratado en su abdomen, dichas bandas se consideran posibles precursores de la magnetita y su umbral de sensibilidad relativa a los campos magnéticos es de 0,06%. La acción de los campos magnéticos artificiales les dificulta la orientación hasta su colmena.

¿Si el electromagnetismo incide en la naturaleza, no va a incidir en los seres humanos?

Estamos inmersos de campos magnéticos naturales, a los cuales hay que añadir los campos añadidos de la acción exterior de la tierra que generan flujos cíclicos y bastante regulares, Ej.: La acción de la Luna y otros planetas y del Sol y los accidentales que surgen de la propia dinámica accidental de la vida y fuentes de energía del universo.

A todo ello debemos añadirle otras fuentes de energía, las Fuentes de campos electromagnéticos generadas por el hombre, las cuales se han incluido en nuestras formas de vida como una “normalidad” y fuente de avance de la civilización, sin conocimiento de las alteraciones que se puedan generar tanto en el medio ambiente, como en el equilibrio de las formas de vida, incluida en el propio hombre.

Mediante las contaminaciones medioambientales y tecnológicas incorporamos metales pesados no eliminables a los seres vivos, la cadena alimentaria es la mas frecuente. Muchos de estos metales son magnéticos y diamagnéticos.

Los campos magnéticos generados por el hombre, no son inocuos ni en el medio ni en los propios humanos. A pesar de mantener la información de las acciones nocivas retenidas y su inocuidad es abalada por estudios parciales e intencionados para salvaguardar intereses comerciales y políticos, la OMS ya está generando publicaciones Tímidas sobre la divulgación de los efectos de dichos campos en la salud humanas, como “Electro-magnetismo y los efectos sobre la salud

Hipersensibilidad a los campos magnéticos (síndrome de las microondas)

Las personas hipersensibles a los campos eléctricos y/o magnéticos manifiestan  dolores, cefaleas, depresión, letargo, alteraciones del sueño e incluso convulsiones y crisis epilépticas pueden reducirse o desaparecer cuando eliminan la exposición a dichos campos electromagnéticos. Manifestaciones y clínicas que se trataran en posteds próximos.

Como ocurre con estas enfermedades de SSC, la opinión de los profesionales es contrapuesta, por un lado la mayoría justifica su inexistencia por la escasa evidencia científica que apoye la posible existencia de casos de hipersensibilidad a los campos electromagnéticos. A pesar de que no existen financiación para los estudios que pretenden mostrar evidencias científicas de la existencia de daños y los existentes no son concluyentes y suelen estar promovidos por las empresas afectadas y en discusión. Aún asi y todo, a pesar del incremento cada vez mayor de afectados y la falta de reconocimientos de las causas de esta patología, existen pequeños reconocimientos como es el del síndrome del edificio enfermo y algún que otro caso laboral mediante procedimientos judiciales.

Tampoco existe ningún mecanismo biológico aceptado academicamente que explique la hipersensibilidad. La investigación en este campo es difícil porque, además de los efectos directos de los propios campos electromagnéticos, se argumenta que pueden intervenir muchas otras respuestas subjetivas.

Están en curso más estudios sobre esta cuestión, como es el Proyecto REFLEX cuyo informe de resultados argumenta: “Por lo tanto, de este amplio estudio podemos concluir que, a pesar de la necesidad de correlacionar estos datos con los de la función  celular, la exposición a  campos magnéticos de muy bajas frecuencias y por debajo de los límites actuales recomendados pueden suponer un riesgo plausible sobre la salud de las personas. Además, pone de manifiesto la existencia  de mecanismos fisiopatológicos que  podrían  justificar básicamente el potencial desarrollo de alteraciones funcionales en animales y seres humanos.”.

No obstante las entidades “competentes” y responsables de la salud mundial como puede ser entre otras la OMS, al no aceptar la sensibilización química y la contaminación medioambiental como causas que provocan enfermedades, tampoco se establecen un control de calidad sobre los estudios. Por lo que los beneficiados  son las industrias y tecnologías contaminantes que invierten en investigaciones parciales, por lo que los estudios y conclusiones actuales no reflejan la realidad de las patologías que están aflorando y que pretenden justificarlas como Psicopatologías en vez de tomar medidas cautelares para la prevención de daños.

 Estos temas y sus manifestaciones se trataran en posteriores “posteds” más específicos y concretos.

Existen unos puntos clave que debemos tener en cuenta para posteriores posteds Y que han sido editados y reconocidos por la OMS:

  1. El espectro electromagnético abarca tanto fuentes de campos electromagnéticos naturales como fuentes generadas por el hombre.
  2. Un campo electromagnético se caracteriza mediante su frecuencia o su longitud de onda. En una onda electromagnética, estas dos características están directamente relacionadas entre sí: cuanto mayor es la frecuencia, más corta es la longitud de onda.
  3. La radiación ionizante, como los rayos X y rayos gamma, contiene fotones con energía suficiente para romper enlaces moleculares. Los fotones de las ondas electromagnéticas de frecuencias de red y de radio son mucho menos energéticos y no tienen esa capacidad.
  4. Los campos eléctricos se generan en presencia de una carga eléctrica y su intensidad se mide en voltios por metro (V/m). Los campos magnéticos se originan por la corriente eléctrica. Sus densidades de flujo se miden en µT (microtesla) o mT (militesla).
  5. En las frecuencias de radio y de microondas, los campos eléctricos y magnéticos se consideran, conjuntamente, como los dos componentes de una onda electromagnética. La intensidad de estos campos se describe mediante la densidad de potencia, medida en vatios por metro cuadrado (W/m2).
  6. Las ondas electromagnéticas de frecuencia baja y frecuencia alta afectan al organismo de formas diferentes.
  7. Las redes de distribución eléctrica y los aparatos eléctricos son las fuentes más comunes de campos eléctricos y magnéticos de frecuencia baja del entorno cotidiano. Las fuentes habituales de campos electromagnéticos de radiofrecuencia son las telecomunicaciones, las antenas de radiodifusión y los hornos de microondas.

A modo de Glosario:

CAMPO ELECTROMAGNÉTICO: es un tipo de radiaciones que se producen en las proximidades de los aparatos que consumen energía eléctrica o, simplemente, de los cables que conducen la electricidad. El campo electromagnético está compuesto por un campo eléctrico y un campo magnético.

ELECTRICIDAD ESTÁTICA: es un tipo de electricidad originada por un desequilibrio de electrones en la superficie de un material. En la práctica, es un fenómeno que cualquier persona ha experimentado en forma de descarga al acercarse a un elemento conductor y tocarlo, como un pomo de puerta, después de andar sobre un suelo de moqueta o al bajar de un automóvil 

MICROONDAS: Se denomina microondas a las ondas electromagnéticas definidas en un rango de frecuencias determinado; generalmente de entre 300 MHz y 300 GHz, que supone un período de oscilación de 3 ns (3×10-9 s) a 3 ps (3×10-12 s) y una longitud de onda en el rango de 1 m a 1 mm. Otras definiciones, por ejemplo las de los estándares IEC 60050 y IEEE 100 sitúan su rango de frecuencias entre 1 GHz y 300 GHz, es decir, longitudes de onda de entre 30 centímetros a 1 milímetro.

El rango de las microondas está incluido en las bandas de radiofrecuencia, concretamente en las de UHF (ultra-high frequency – frecuencia ultra alta) 0,3–3 GHz, SHF (super-high frequency – frecuencia super alta) 3–30 GHz y EHF (extremely-high frequency – frecuencia extremadamente alta) 30–300 GHz. Otras bandas de radiofrecuencia incluyen ondas de menor frecuencia y mayor longitud de onda que las microondas. Las microondas de mayor frecuencia y menor longitud de onda —en el orden de milímetros— se denominan ondas milimétricas.