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Como profesionales, al margen de velar por la salud de la población, también tenemos que tener una opinión de las circunstancias que afectan a la misma.

La reforma sanitaria va mas lejos que la pura condenación laboral y salarial como pretenden aparentar los que la realizan, forma parte de la pérdida de los derechos de los ciudadanos.

Posiblemente si que se requiera una nueva ordenación y control de costes/gastos, pero este sería un tema muy extenso que requiere de un replanteamiento de la política sanitaria y de como se otorgan los cargos de responsabilidad administrativa, hecho a la que no se ha entrado.

La reforma sanitaria que se esta realizando en Catalunya y que no es de extrañar que se extienda por el resto del territorio expañol, pone a los enfermos que no tengán un diagnostico reconocido como enfermedad en una grave situación de desamparo legal, al no poder reclamar los derechos sociales y laborales que se establecerían si padecieran una enfermedad crónica invalidante, como pueden ser las del grupo  Sindromes de Sensibilización Central ( FM, EM/SFC, SSQM. SHE,  entre otras). Generándose un agravio comparativamente con otros enfermos de la misma intensidad en cuanto afectaciones y que, presuntamente, podría cruzar la frontera de los derechos constitucionales y de las responsabilidades penales.

En Octubre del pasado año, en plena efervescencia de los  recortes sanitarios en Cataluña, ya publique el presente artículo de opinión, pero debido a la vigencia del tema, pienso que es necesario volver a presentarlo públicamente.

Existen suficientes evidencias científicas para que sean reconocidas como tales y se planteen las líneas de atención e investigación adecuadas a la realidad. Ya no existen excusas, solo interés.