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Hace mas de más de cincuenta años que la OMS definió el concepto de salud como: “Un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad o dolencia”, la realidad Pastillas y la OMSha sido que los problemas relacionados con los estados alterados de salud se han venido midiendo invariablemente con modelos “biomédicos” y en parámetros de morbimortalidad exclusivamente, en base a unos principios extraídos de las experiencias obtenidas en una época y tecnología determinada.

 

Hasta finales del siglo pasado la única clasificación de “referencia” para estudiar estos problemas, de la familia de clasificaciones de la OMS, era la CIE (con sucesivas actualizaciones, la última, su 10ª revisión de 1994). Pero desde la prematuridad hasta la enfermedad de Alzheimer, desde los trastornos depresivos hasta el SIDA, era cada vez más evidente que los datos que aportaba eran insuficientes para explicar realmente por qué, ante idénticos diagnósticos, las repercusiones sobre la salud de las personas eran totalmente diferentes. La aparición cada vez mayor de enfermedades desconocidas y anteriormente no filiadas, que afectan el sistema nervioso central, entre ellas las de sensibilización central, es un claro ejemplo de ello.

 

La OMS con la pretensión de marcar un liderazgo en el campo de la sanidad mundial en el año 2001 aprobó la CIF (Clasificación del Funcionamiento, de la discapacidad y de la salud) y la coloco en el centro de sus clasificaciones de “referencia”, que desde entonces los parámetros de clasificación y valoración de la salud fueron dos:

·        la CIE-10

·        la CIF.

 

Ambas clasificaciones se contemplan por los países y pretenden ser el eje sobre el que se desarrolle una visión de la salud, por tanto del funcionamiento de las personas, desde una conceptualización holística, como la resultante de fundamentaciones biológicas, motivaciones psicológicas y condicionamientos sociales.

 

Lo que se esconde detrás de la OMS, tras su definición de “Completo bienestar físico, psíquico y social”

 

paraguasLa CIF, es un paraguas, bajo el cual pretende controlar un concepto, “la discapacidad”, significado que no ha sido bien atendido ni comprendido en el marco de su propio concepto de salud holístico “bio-psiquico-social”.

 

La OMS, en la década de los 80 enfatizó en la necesidad de separación entre los tres componentes presentes en el funcionamiento de las personas:

  • ·        el cuerpo (Deficiencias)
  • ·        las actividades (Discapacidades)
  • ·        la parte social (Handicap/Minusvalía)

 Los errores que podemos observar son tanto el concepto de “estado”, como  “del completo bienestar físico, mental y social”.Tras los conocimientos que tenemos actualmente es que el concepto de estado conlleva el error conceptual de entenderse la salud como un proceso estático, como un modo de ser, perdiéndose toda visión del ser humano como ser vivo, dinámico y cambiante sometido a un medio. La visión estática de la salud forma parte de un paradigma mecanicista del método cartesiano en el que se sustenta las bases de la medicina denominada “convencional” u “ortodoxa”. No se corresponde a la visión actual del ser humano como un sistema complejo, alejado del equilibrio, con un orden propio y en relación con el medio y su entorno.

Cuando la definición nos habla “del completo bienestar físico, mental y social”, coloca a la salud a un  nivel tan idealista y etéreo, que provoca la percepción de ser algo inalcanzable, imposible de obtener. Humanamente, cuando un estado es algo inalcanzable, se produce una percepción y un sentimiento perturbador generando la ilusión de que algún día se alcanzará y se podrá tener. No deja de ser un modo de control social

Pero de la adición de los sentimientos de incapacidad y de ilusión surge un tercer sentimiento, el de la necesidad. En el caso de lo que estamos hablando, la necesidad de tener una institución continua que nos proteja y nos acerque al ideal, es la institución medico-sanitaria ortodoxa, que permita a la persona, por un lado no perder la esperanza y por otro, que la realidad a la que se ve sometida no le sea tan difícil.

niño ambrientoEn líneas generales, estas definiciones no han tenido mucho éxito y en la mayoría de administraciones la tendencia fue (y sigue siendo) sintetizar los tres componentes en uno, dando mas soporte a los intereses políticos e industriales que imperan por encima de dicha organización que pretendía ser el referente universal de la salud.

Son muchos los países que pretenden aparentar ser progresistas y avanzados que contradicen los enunciados y criterios de la OMS. España, es un claro ejemplo de ello, cuando se observa su comportamiento político e institucional ante determinadas enfermedades como puedan ser entre otras las de sensibilización central.

Los nuevos sistemas económicos, sociales y culturales, derivados aparentemente de la globalización, gestan unos ámbitos limitados, frente a los conceptos Europeístas, iniciales, de la universalidad de la salud en una sociedad progresista que resurgió de las tensiones alcanzadas por revoluciones sociales, procesos belicosos e industriales que implantaros un la instalación de unos nuevos paradigmas, la medicina científica y posteriormente la comunitaria como el oficial y vigente.

vias de contaminaciónActualmente estamos ante un descarado retroceso del criterio “salud universal” como derecho fundamental, escudándose en la economía, en base a la deficiencia económica del modelo. En si es el triunfo de un modelo neoliberal que esta en crisis tras afectar no solo los principios humanistas, abriendo brechas sociales y afectando el medioambiente, sino que a su vez hace que resurja el distanciamiento de salud – enfermedad en base al poder económico y social, en contra del paradigma de la salud comunitaria, que se asumía como componente imprescindibles del desarrollo humano, producto de las mejoras en las condiciones de vida de la población implicando el acceso al trabajo, a los servicios básicos, a la interculturalidad y a la democracia.

No es de extrañas que en cuanto a lo anteriormente descrito, los afectados de determinadas patologías, pese a ser altamente debilitantes, como es el caso de las enfermedades de sensibilización central entre otras, no estén bien valoradas, atendidas y comprendidas como enfermedades crónicas, que al igual que otras enfermedades crónicas, requieran también, sus afectados, de protección jurídica y social en base a uno o varios de los conceptos de salud de la OMS.

Padecer una enfermedad crónica tipo SSC, no representa en todos los casos una incapacitación, sino mas bien una atención adecuada a las necesidades bioquímicas del afectado, al igual que ocurre en determinados casos de enfermedades crónicas, como puedan ser los diabéticos,  minusvalías físicas, enfermedades psíquicas,…etc.

El reconocimiento de las enfermedades e SSC, como enfermedades crónicas, bajo un marco jurídico igual que otras enfermedades crónicas, representaría no solo una mayor calidad de vida para los afectados, una mayor integración, reconocimiento social de la misma y una disminución del coste sanitario, sino también la protección y regularidad para su investigación.