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Alteraciones por ejercicio, Conflictividad neurológica, Trastornos neurocognitivos, Vascularización cerebral
Para la mayoría de personas que nos relacionamos con las enfermedades de sensibilización central SSC y que indagamos más allá de los criterios arcaicos y convencionales, no nos aportan muchas novedades el hecho de que aparezcan estudios que ratifiquen la presencia de alteraciones detectables y cuantificables en estas enfermedades en el campo de la vascularización cerebral y las consecuencias que ello implica, puesto que se pueden detectar mediante procedimientos diagnósticos por la imagen. Solo nos sirve para aportar más razones frente a los colectivos que aún piensan que todo es producto de las mentes de los afectados y abrir criterios de investigación para ofrecer una mejor calidad de vida a los afectados.
En este sentido, han aparecido últimamente una serie de trabajos que van acercándose a unas explicaciones muy específicas de las causas de las conflictividades neurológicas.
El estudio presentado por Erin Cvejica y col. “Trastornos neurocognitivos asociados con la mononucleosis infecciosa aguda, fiebre del río Ross y fiebre Q: Una investigación preliminar de correlatos inflamatorias y genéticas”, de la universidad australiana de Nueva Gales del Sur, en sus resultados confirman la relación del retardo y deterioro del rendimiento en tareas cognitivas por causa del impacto de una infección aguda.
Así mismo el trabajo publicado por J. Hollingsworth y col., de la universidad de Newcastle del Reino Unido “Control vascular cerebral se asocia con el pH del músculo esquelético en pacientes con síndrome de fatiga crónica, tanto en reposo como durante la estimulación dinámica”, relaciona que el control vascular cerebral, esta estrechamente relacionado con el pH del músculo esquelético, por lo que este pH al verse alterado en función al ejercicio, influye negativamente en la actividad vascular cerebral de los afectados por EM/SFC.
Estos trabajos, nos hacen comprender una vez más las causas por las que los afectados de algunas patologías relacionadas con el grupo de enfermedades de SSC muestran dificultades en el procesamiento de la información cuando realizan tareas cognitivas y las oscilaciones que muestran dependiendo de su estado de agotamiento físico.
No es de extrañar, pues que exista un rechazo inconsciente a la actividad física, puesto que se podría considerar que es más una respuesta defensiva orgánica que psicológica.
El hecho de cambiar de perspectiva en el abordaje de estas patologías, fomentando actividades y recursos progresivos que permitan controlar la vascularización cerebral y el pH del medio celular, es una necesidad vital para una mejor calidad de vida